Salud oral

Introducción
Mantener una boca sana y prevenir problemas dentales es de suma importancia. Desde el momento del nacimiento, hay cosas que se pueden hacer para fomentar la salud oral y prevenir caries. En los bebés, se deben limpiar los dientes con un paño suave y limpio o con un cepillo de dientes para bebés. Evite acostar al niño con una mamadera y revísele los dientes regularmente para detectar manchas. 
 El proceso de dentición comienza cuando el bebé tiene de seis a ocho meses. Todos los dientes de leche o temporales (veinte en total) deben estar en su lugar para el momento en que el niño cumple treinta meses. Si bien esos dientes serán reemplazados por los definitivos, también deben ser cuidados y reparados en caso de lesiones, ya que su presencia tiene incidencia en la estética, la masticación, la ubicación adecuada de los definitivos y la fonación (la pronunciación de las palabras). Es importante corregir los malos hábitos a esa edad, como la succión del pulgar y el uso prolongado del chupete o la mamadera.
La caída de los primeros dientes suele comenzar alrededor de los cinco o seis años. Los dientes definitivos (32 en total) crecen y empiezan a salir, empujan a los anteriores y provocan que los temporales se desprendan. Los dientes definitivos van apareciendo a los largo de varios años ¡y son para toda la vida!
La gingivitis no tratada puede llevar a la periodontitis: las encías se despegan de los dientes y forman pequeñas bolsas que se infectan. Si no se actúa, las encías y el tejido donde se apoyan los dientes se destruyen.
La placa dental es una película indetectable a simple vista que se deposita en los dientes y se forma por la acumulación de muchas bacterias. Entre los dientes, a lo largo del borde de la encía y en fisuras y fosas son los lugares más comunes en donde se encuentra. Solo puede eliminarse mediante el cepillado y otros métodos de higiene oral. Algunos dentífricos y enjuagues bucales pueden reducir la formación de placa. Si no se elimina regularmente (por lo menos dos veces al día) puede provocar caries y gingivitis (inflamación de las encías).
 
Prevención
Concientizar a los niños de la gran importancia que tiene el cuidado dental para su salud ayudará a que ellos, de adultos, continúen cuidando su boca y la de sus hijos. Los padres también pueden aprender a través de sus hijos, ya que los malos hábitos de salud oral se originan por la falta de información.
 
Las siguientes medidas  ayudan a prevenir los problemas dentales: 
 
Una dieta saludable
Para que los dientes estén fuertes es importante una buena alimentación. Se recomiendan los alimentos ricos en vitaminas, minerales y calcio, como los lácteos (leche, yogur, queso, flan, entre otros), las verduras y las frutas frescas y el pescado.
No se debe abusar de los alimentos ricos en azúcar (dulces, panificados, golosinas, bebidas azucaradas, como las gaseosas y los jugos, etcétera). Es conveniente evitar comer entre horas, ya que los restos de alimentos permanecen entre los dientes hasta que se cepillan, lo que favorece la aparición de caries. A excepción de la leche y el agua, que hay que ofrecerlas solo durante las comidas, los niños no deben ingerir otras bebidas en mamadera. No debe agregarse azúcar o miel a la leche o al chupete.
 
Cepillado dental
El cepillado dental tras la ingesta elimina la placa dental, los restos alimenticios y equilibra el pH bucal. El cepillado de los niños debe ser realizado siempre por los padres hasta que el niño demuestre la habilidad suficiente para hacerlo solo. Los niños pueden colaborar en su cepillado una vez que los padres lo completaron.
Un cepillado correcto lleva al menos tres minutos. Se debe utilizar una técnica que permita limpiar todas las caras de los dientes, la lengua y las encías. Para que el cepillado de los dientes cumpla eficazmente su cometido, es preciso que se convierta en una rutina cotidiana al levantarse, después de cada comida y, nuevamente, antes de acostarse. El cepillado se complementa con el uso de hilo dental. El odontólogo recomendará el cepillo, la pasta y el hilo dental adecuados para la edad y la situación particular de cada paciente. Los niños pueden utilizar pastas dentales con flúor a partir de los dos años.  Se debe reemplazar el cepillo dental cuando muestre señales de desgaste, se abra como una flor o bien cada tres meses.
 
Visitas regulares al odontólogo
El odontólogo es quien debe transmitir y reforzar la educación sanitaria con respecto a la boca. El profesional debe guiar las técnicas de cepillado, el uso del hilo dental y reforzar las actitudes positivas en cuanto a la dieta y la higiene. Su rol también es el de controlar nuestra salud oral y el desarrollo de la boca en los niños y, además, el de actuar cuando sea necesario para corregir situaciones que hagan peligrar la salud.
Las consultas al odontólogo deben iniciarse desde la aparición de los primeros dientes. Es importante que el niño se acostumbre desde pequeño a la consulta de prevención. Se deben realizar visitas al odontólogo una vez cada seis meses.
 
Supresión del tabaco y el alcohol
El tabaco y el alcohol no solo producen manchas en los dientes, sino que también pueden provocar gingivitis, periodontitis y pérdida de los dientes. Además, ambas sustancias están relacionadas con el cáncer oral.
 
Manejo de las hemorragias orales
 
Situaciones que pueden producir hemorragias orales:
  • La aparición de los dientes en los niños.
  • El recambio de los dientes temporales. Si la hemorragia persiste y el diente flojo no se desprende, el odontólogo podrá decidir su extracción.
  • Los golpes, las mordeduras, los alimentos duros o crocantes.
  • Las infecciones o inflamaciones (gingivitis, periodontitis o abscesos).
  • Los procedimientos odontológicos sin un tratamiento con concentrados adecuado.                                                                                                                                   
Ante una hemorragia oral, es importante mantener la calma y realizar una compresión local (en el sitio del sangrado) con una gasa limpia. Según las características de la hemorragia, el médico podrá indicar:
 
  • Antifibrinolíticos, que permiten que el coágulo que se forma no se de destruya  rápidamente por la saliva. Se puede administrar localmente o por ingesta.
  • Administración de concentrados.
  • Consulta con el odontólogo.
 
Cuando ocurre una hemorragia oral o luego de un procedimiento odontológico, es fundamental implementar una dieta blanda y fría o tibia (evitar consumir alimentos calientes, duros o crocante y tomate) sin usar sorbetes y sin fumar. Esas medidas ayudan a mantener el coágulo hasta que sane el área.
 
La gingivitis puede producir sangrado en las encías, pero no se debe interrumpir el cepillado de los dientes. El odontólogo dará recomendaciones específicas para manejar la inflamación.
 
Antes de cualquier procedimiento odontológico (extracción o reparación de pieza dentaria, cirugía, implante, limpieza, anestesia troncular, etcétera), es obligatorio consultar al hematólogo, quien determinará si es necesaria la administración de concentrados. Si es necesaria, se deberá realizar un estudio de coagulación previo para detectar inhibidores. El hematólogo indicará la dosis de factor y la duración (en días) del  tratamiento.
 
Dra. Daniela Neme