Salud articular

Las hemorragias en las articulaciones y en los músculos producen daños que determinan una pérdida progresiva de la función de estas estructuras, y van limitando el rango de movimiento de las articulaciones.
Es muy importante mantener saludables las articulaciones, por eso el cuidado de nuestro cuerpo debe iniciarse a edades tempranas.
Recomendaciones
Cuidado nutricional

• Consumir 1 porción de carne por día. (Carnes blancas: pollo sin piel, pescado; carnes rojas magras: cuadril, lomo, peceto).
• Incluir ensaladas de diferentes colores en el almuerzo y la cena. Es recomendable comer frutas frescas como postre o colación.
• Elegir cereales, preferentemente los integrales, porque son más ricos en vitaminas, minerales y fibra, por lo que brindan mayor saciedad. Podemos reemplazarlos por una porción de legumbres.
• Optar por lácteos descremados (leche, queso, yogur). Incluir 3 porciones diarias.
• No agregar sal a las comidas y eliminar los alimentos muy salados. Para resaltar el sabor de las comidas podés usar hierbas, especias aromáticas, cebolla, ajo, limón y vinagre.
• Evitar amasados de pastelería, golosinas y snacks.
• Reducir el tamaño de las porciones y masticar bien los alimentos.
• Al cocinar preparar la cantidad justa y evitar llevar la fuente a la mesa.
• Cuidar la cantidad agregada de aceite ya que es el alimento que más calorías concentradas tiene.
• Las preparaciones simples, con poco agregado de aceite o crema, generan menor tendencia a repetir.
• Beber al menos 2 o 3 litros de agua por día ya que es un nutriente fundamental. Para cumplir con esta recomendación podés llevar una botellita de agua a cualquier lugar donde vayas.
• Evitar jugos o gaseosas. Si consumís gaseosas podés elegir las versiones light, porque las bebidas azucaradas aportan muchas calorías y no brindan saciedad.
• Aprovechar el momento de las comidas para el encuentro y el diálogo con otros.
• No fume ni deje que otros fumen en su casa o en su auto; declare esos espacios "libres de humo de tabaco".
Actividad física y deportes controlados
La actividad física regular se define como el ejercicio dinámico que hace intervenir a grandes grupos musculares durante al menos 30 minutos en el día, todos los días de la semana, con una intensidad moderada. Ésta es una de las formas más sencillas de mejorar la salud y mantenerse sano. La actividad física previene y controla ciertas enfermedades. Además, aumenta la energía y ayuda a reducir el estrés, las concentraciones altas de colesterol y la tensión arterial.
El ejercicio regular y la buena alimentación ayudan a mantener los músculos sanos. La inactividad de un músculo puede traer como consecuencia una atrofia: el músculo se va debilitando y perdiendo su función.
Una adecuada evaluación traumatológica y kinesiológica permitirán decidir los mejores tipos de actividad física y los deportes recomendados para cada paciente.
Realice actividad física, como pueden ser las actividades recreativas con movimiento (baile, gimnasia, etc.). Adapte la intensidad a su ritmo personal. Muévase cada vez que pueda (bájese del transporte unas cuadras antes, utilice las escaleras, etc.) Realice los quehaceres domésticos (barrer, pasear el perro, lavar el auto, cortar el césped, etc.).
Algunos pacientes han desarrollado limitaciones crónicas de ciertos movimientos y el rango de movimiento normal ya no es posible. En estos casos, el objetivo de los ejercicios es evitar una mayor pérdida de la función y lograr que el músculo o la articulación vuelvan a su estado habitual tan pronto como sea posible después de nuevas hemorragias.
Evitar y corregir posturas inadecuadas

Tambiés es importante evitar la sobrecarga en las mochilas escolares. El peso de la mochila no debe superar el 10% del peso corporal del niño.
Se debe usar calzado adecuado en todo momento para evitar torceduras o caídas. El traumatólogo indicará el uso de plantillas en los casos necesarios.
Algunos pacientes adoptan posturas forzadas como consecuencia de las hemorragias que han producido alteraciones en su aparato músculo-esquelético. En estos casos se deberá evaluar el uso de complementos como bastones, muletas, entre otros, a fin de prevenir la sobrecarga y la hemorragia en otras articulaciones.
Prevenir y tratar adecuadamente las hemorragias
La profilaxis es el único tratamiento demostrado para prevenir las hemorragias articulares y musculares en los pacientes con hemofilia severa. No obstante, las hemorragias pueden aparecer como consecuencia de un traumatismo importante.
Por esa razón, no se recomiendan las actividades o juegos que impliquen un riesgo de traumatismo (golpe) severo. Los deportes de alto impacto (fútbol, básquet, hockey, karate, etc.) no son universalmente aconsejados y sólo se podrían llevar a cabo si el niño o adolescente realiza profilaxis regularmente, el deporte está bajo supervisión (de adultos y entrenadores), se respetan determinados cuidados y se practica en forma no competitiva.
En caso de haberse producido una hemorragia muscular o articular, es fundamental el tratamiento inmediato con los concentrados. La dosis y la duración del tratamiento son importantes para una pronta resolución del cuadro y disminución de las secuelas. Además se deberán adoptar las medidas complementarias: reposo, hielo, elevación del miembro afectado y compresión.
Rehabilitación kinésica
Recordar que luego de una hemorragia articular o muscular es necesario reestablecer la función mediante la rehabilitación kinésica precoz. Antes de iniciar la fisioterapia, es esencial realizar una evaluación completa con el fin de establecer si el tratamiento es el indicado, confirmar que no haya contraindicaciones o precauciones y determinar las mediciones basales que permitan controlar la eficacia del tratamiento.
La kinesioterapia, a través de distintos instrumentos, también está indicada para mejorar el componente inflamatorio de las articulaciones, reducir los hematomas musculares, fortalecer los músculos, mejorar el dolor articular, etc. Además permite corregir posturas inadecuadas, mejorar la estabilidad del cuerpo, reeducar los movimientos y las funciones de los distintos segmentos corporales.
La fisioterapia, la actividad física y los deportes son elementos básicos para mejorar la calidad de vida y la condición física; se incrementan la fuerza y la resistencia, se reduce el riesgo de lesiones músculo-esqueléticas y se previene la artropatía. Los pacientes con hemofilia pueden y deben disfrutar de la actividad física.

Dra. Daniela Neme
“Los grandes trabajos no son hechos por la fuerza, sino por la perseverancia”.
“El primer paso para el cambio es la conciencia, el segundo es la aceptación”.